El rojo de la Navidad

El rojo de la Navidad

Este año la Navidad se viste de rojo. Bolas, guirnaldas, velas, centros de mesa, flores todo cede paso al color de la pasión. En años anteriores el verde y los plateados y dorados habían cobrado un protagonismo mayor, pero este año, y sin quedar totalmente relegados de la decoración, ceden paso a los tonos vivos. El color rojo en la más pura tradición celta está asociado al nacimiento.

Esta novedad no significa que tengamos que desechar los adornos que hayamos comprado en otras temporadas, con ligeros detalles podemos llenar la casa de actualidad. Comprar poco a poco, antes de que lleguen los días señalados nos puede ayudar a no tener que hacer un gran dispendio.

La Flor de Pascua, una planta originaria de México, es un recurso fácil y sencillo. Con unos ligeros, pero adecuados cuidados su vida se alarga y no concluye con la llegada de enero. Quien desee poner un toque de innovación puede decantarse esta vez por los anturios rojos, unas hojas de tallo largo y flor roja con los que se compone un precioso ramo en un jarrón de navidad, que podemos coloca en un lugar destacado como el recibidor, sobre un mueble o una mesa auxiliar en el salón.

Los motivos frutales nunca pasan de moda, y si queremos hacer una compra útil no tenemos por qué adquirir un adorno que nos las reproduzca: basta con bajar a nuestra frutería habitual y adquirir algunas de las más sonrosadas; con ellas podemos componer un bonito centro de mesa sobre un cestillo de mimbre o sobre algún otro recipiente casero al que forraremos su base para que nos recuerde su servicio habitual.

Las velas son un adorno útil y excelente. Producen un efecto decorativo sencillo, se pueden situar en cualquier rincón y contribuyen a crear un ambiente cálido y son un método eficaz para eliminar el olor del tabaco. Cuadradas, con forma de estrella, combinadas grandes y pequeñas, redondas o chatas, siempre dan buen resultado.

El árbol de Navidad cobra una vitalidad nueva con los detalles rojos, que siempre podemos combinar con dorados y plateados. Unos adornos con lazos de cintas encarnadas y unas ramas salpicadas de brillantes bolas rojas darán el toque perfecto. Hay bolas forradas en tela con destellos brillantes que centellean cuando la luz se refleja en ellas. La sensación de calidez puede dotarse de un toque de suntuosidad si en lo alto junto a una enorme estrella dorada le añadimos una cinta dorada.