La auditoria, día a día suma relevancia a la hora de hablar de negocios. Esto se debe a que, la mentalidad del empresario contemporáneo, ha dejado de ver a los auditores como simples entes dedicados exclusivamente a “aprobar” balances si no que, por el contrario, la imagen del Auditor ha ganado terreno en materia de toma de decisiones, Risk Management, consultoría gerencial, etc.
Un ejemplo claro de la expansión del trabajo del auditor, como consultor externo, en las compañías, es el del Auditor Interno. Contando con la posiblidad de evaluar cada ciclo de los procesos del negocio de una compañía, el auditor se transforma en un excelente asesor para la cúpula directiva.
Cuando una auditoría independiente es llevada a cabo con rigurosidad, puede servir para descubrir fraudes respecto de los cuales, el auditor tiene la obligación de informar a las autoridades de la empresa auditada. Hechos como este, acompañan a elevar ampliamente la confianza hacia el auditor.
Otra de las grandes virtudes que ofrecen estos profesionales, radica en la confidencialidad y objetividad de la información. Está claro que, cualquier funcionario de una compañía, en todos los casos responderá a las necesidades de la empresa, pero siempre interpondrá por delante sus intereses personales, afectando así cualquier decisión u opinión que pueda dar acerca de la compañía. Como contrapartida, el auditor, bajo su capa de consultor externo e independiente, tiene la habilidad de opinar con plena libertad, libre de cualquier vicio personal.
En varias consultoras internacionales, principalmente en Europa, han desarrollado internamente una nueva división en su oferta de prestación de servicios, denominada Interim Management. Este nuevo departamento consiste en introducir personal de la firma de auditoría en compañías que requieran de un profesional temporalmente, destinado a resolver situaciones críticas como, fases de reestructuración, transición, fusión o adquisición, reflotamiento, diversificación, es decir, cualquier negocio que requiera de ayuda experta. Un dato no menor al respecto es que, en Francia y Alemania, este mercado mueve unos 1.500 millones de euros anuales.
Es cierto que, en muchos casos, y principalmente para pequeñas empresas en las cuales el balance financiero es su talón de Aquiles, resulta difícil llegar a la decisión de contratar un servicio de estas características. Pero está claro que, a la hora de la toma de decisiones, la confidencialidad, independencia, excelencia profesional y visión independiente, hacen del auditor el asesor indicado.
Dr. Gastón Janavel
E LG Inc.
Founding Partner
http://www.elgsite.com
Fuente del artículo http://www.articulo.org/4716/infoelgsitecom
Un ejemplo claro de la expansión del trabajo del auditor, como consultor externo, en las compañías, es el del Auditor Interno. Contando con la posiblidad de evaluar cada ciclo de los procesos del negocio de una compañía, el auditor se transforma en un excelente asesor para la cúpula directiva.
Cuando una auditoría independiente es llevada a cabo con rigurosidad, puede servir para descubrir fraudes respecto de los cuales, el auditor tiene la obligación de informar a las autoridades de la empresa auditada. Hechos como este, acompañan a elevar ampliamente la confianza hacia el auditor.
Otra de las grandes virtudes que ofrecen estos profesionales, radica en la confidencialidad y objetividad de la información. Está claro que, cualquier funcionario de una compañía, en todos los casos responderá a las necesidades de la empresa, pero siempre interpondrá por delante sus intereses personales, afectando así cualquier decisión u opinión que pueda dar acerca de la compañía. Como contrapartida, el auditor, bajo su capa de consultor externo e independiente, tiene la habilidad de opinar con plena libertad, libre de cualquier vicio personal.
En varias consultoras internacionales, principalmente en Europa, han desarrollado internamente una nueva división en su oferta de prestación de servicios, denominada Interim Management. Este nuevo departamento consiste en introducir personal de la firma de auditoría en compañías que requieran de un profesional temporalmente, destinado a resolver situaciones críticas como, fases de reestructuración, transición, fusión o adquisición, reflotamiento, diversificación, es decir, cualquier negocio que requiera de ayuda experta. Un dato no menor al respecto es que, en Francia y Alemania, este mercado mueve unos 1.500 millones de euros anuales.
Es cierto que, en muchos casos, y principalmente para pequeñas empresas en las cuales el balance financiero es su talón de Aquiles, resulta difícil llegar a la decisión de contratar un servicio de estas características. Pero está claro que, a la hora de la toma de decisiones, la confidencialidad, independencia, excelencia profesional y visión independiente, hacen del auditor el asesor indicado.
Dr. Gastón Janavel
E LG Inc.
Founding Partner
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Fuente del artículo http://www.articulo.org/4716/infoelgsitecom