Divina providencia, que nos das todo lo que necesitamos y nos sostiene tu mano poderosa. Gracias por todo lo que nos das. Derrama en mí este día tus llamas oro y rubí, para bendición de cada célula de mi cuerpo físico y todos los poderes de la naturaleza, que me sirvan para el bien. Que todo aquel que se acerque a mí, sienta tu paz, tu amor y tu perfección. Así sea.